Si algunos creen en Alá, Buda, Jesús, Ra, y tomando en cuenta el cambio de culturas de orales, textuales a cibernéticas, a caso no es posible hablar de un Dios virtual. Bueno, aunque la exageración está tomada, para muchos Google se ha convertido en el centro omnipotente y espacial del cual dependemos para sobrevivir en un mundo cibernético. Y es verdad, quién no entre a internet y no pase por Google que "lance el primer click".
Se está creando una dependencia mundial por este espacio, es más, miles de páginas web también dependen de Google, es así que le tienen que rendir culto haciendo uso de al menos una de sus miles de herramientas que Google como dictador (querido) posee. Incluso, el mundo textual, del cual mucho pro-letritas defieden, se ha convertido en una herramienta poderosa que el mismo Google como ciberético ha sabido tomar, teniendo así una categoría llamada Google Books, que no desplaza, ni hace resumen, sino que publica los mismos libros a la red, dandole un espacio a este mundo que para muchos está por caer.
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Ideología que por cierto, es innecesaria y absurda, ya que la textualidad, proviene de la oralidad, el cual generó la electronalidad o cultura cibernética, es asi que estos tipos de corrientes, jámas van a desaparecer, irán mutanto con el correr del tiempo, coexistirán o incluso volverán a surgir de forma evolucionada. Y Google, el dios del ciberespacio ha sabido entener esto y brindar a cada una un lugar espacial, sino tampoco exisitiría el Google Talk. En fin, alabemos al buen Google, y su ordenamiento espacial.
Amén.
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